sábado, 3 de noviembre de 2018

8M

Agradezco infinidad de cosas en este día y todos los días, agradezco las seis vueltas al sol que da mi hijo hoy aunque agradezco su existencia a diario, su salud, su amor. Agradezco a todos los que me han ayudado en estos años que no han sido nada fáciles. Agradezco el apoyo incondicional, el respeto a mi humanidad. Agradezco seguir viva, agradezco que no me violen, que no me denigren, que no me lastimen. Lo agradezco realmente como si tuviera que ser cuestión de suerte, como si mi existencia fuera privilegiada por salvarme de la realidad que golpea a diario. Admito que es muy difícil reconocer nuestros propios errores. Yo, como mujer, como madre, amo mucho y en ese amor que si es real hacia el otro, muchas veces me olvido que para poder amar hay que amarse, primero, ante todo. Lo olvido y deposito amor en lugares recónditos, obscuros y nocivos, que estrujan mi ser. Lo olvido y permito acciones violentas, porque amo, porque no quiero ver lo que en realidad es. Me cuesta acostumbrarme a la idea de que el amor no es correspondido, de que los humanos no podemos actuar todos iguales. Así mismo me quedo, callada, asustada, triste TAN triste, esperando a ver si el patrón cambia, si el dolor se va, si derrepente todo es mágico, por que me cuesta perder la esperanza. Sin duda quiero que me amen todos los que amo, pero lo que más quiero es aprender a alejarme, a no dejarme lastimar, a lograrlo por mi propio ser, a estar feliz conmigo misma, regalarme lo que quiero y seguir todos los días peleando por el cambio.Agradezco darme cuenta, aunque sea dificil, agradezco empezar todos los días el nuevo camino. Agradezco pararme frente al espejo y verme a mi y sentir que todo esta bien. Y estaré más agradecida el día en que mi verdadero ser pueda estar en paz con todo su entorno, cuando mis ideales no se callen por amar. Ahí si voy a festejar.

Lo de pancho

En plena avenida quedaba lo de Pancho. 
Mi madre me mandaba a comprar fiambre entre otras cosas, 
mi padre desde antes de que me lo dijeran ya se reía, 
se burlaba porque sabía que se me perdía una hora de vida, entre latas y pisos de madera,
se me iba mirando a Pancho equilibrar la balanza de pesitas meticulosamente y doblar el papel de fiambre mejor que un regalo. 
Odiaba tanto ir a lo de Pancho aunque disfrutaba verlo moverse lentamente, 
de ver todas sus latas de galletas y cosas viejas que me parecia que nunca nadie compraba, 
de oler el jamón (que de seguro fue el mejor que comi en toda mi vida) 
y de volver a mi casa comiendo un alfajor milka Mouse Triple, 
que en realidad ahora que lo pienso amaba lo de Pancho.
Hoy pasamos por ahí con Manu como todos los días, pero descubrimos ese ratón 
y con el redescubri todos estos sentimientos y recuerdos guardados. 
Putoelquelee

Serrana como soy

Nací un primero de enero de hace ya algunos años. 
Nací mujer y quise ser princesa toda mi infancia, 
pero no me pasó. 
Crecí un poco y desee haber nacido hombre, mear parada y que mis amigos de la adolescencia no me discriminaran por ser la mujer del grupo, 
claramente no me pasó. 
Quise tener una casa y un marido, 
pero no me funcionó. 
Quise ser flaca, alta y capaz que rubia, 
pero tampoco me salió. 
Entonces después de tantos fracasos y de tanto despreció a mi propio ser que no cumplía con los estándares, 
me acepte así, 
serrana cómo soy. 
Porque entendí que al final la lucha siempre estuvo, 
cargue con el peso de ser puta (de ser mujer) , 
y puedo con eso, 
no es fácil, 
pero hoy mi ser puede festejar porque no lograron hacerme sentir mal, 
puedo estar tranquila que mi cuerpo es mío, que lo quiero, que me gusta. 
Que la maternidad fue elegida porque cuando no la quise no la acepte y menos mal. 
Hoy, 
soy serrana y me gusta,
soy mujer, 
soy madre, 
soy amiga, 
soy novia, 
soy feminista,
no soy libre 
pero 
no voy a parar hasta serlo.